Colección de maquetas construídas por Antonio Lara Villodres

Lombardas marinas

Según historiadores y arqueólogos, la utilización de las lombardas como elemento de defensa y ataque en los navíos data de la batalla naval de La Rochella (Francia, 23 junio de 1372). En ella, la escuadra española, al mando del almirante Bocanegra, atacó a los ingleses causándoles gran estupor y miedo.
Con el tiempo, se popularizó el uso de las lombardas, adaptándolas a los navíos, como es el caso de la lombarda pedrera de tipo corto, con fuste o cureña y con regulación de altura, del siglo XIV. Al parecer, se solía llevar a bordo de carabelas y galeras como defensa de ataques enemigos cuando se salía a la mar, y una vez en puerto, eran desmontadas, registradas y guardadas. Igualmente, existían otros modelos de lombarda y pequeños cañones que fueron usados en las embarcaciones de aquellos tiempos, como los falconetes, pedreros, etc.


Otro ejemplo es la lombarda marina, usada durante las guerras de Italia (1494-1546). Modelo que formaba parte de la artillería de a bordo del navío genovés denominado la Lomellina, fletado en Gênes, a principios del siglo XVI por la rica familia de los Lomellini. Su diseño, fuerte pero ligero, muestra ya su adaptación al campo de la defensa de la marina de guerra. Dicho navío fue hundido por un fuerte huracán el 15 de septiembre de 1516, llevando abordo material bélico muy diverso. Su pecio fue descubierto en 1979.

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