Colección de maquetas construídas por Antonio Lara Villodres

Ballesta a torno

Durante la Edad Media, las ballestas grandes a torno fueron conocidas por varias denominaciones dependiendo del lugar donde se usó: Baliste grosse, Balista de torno, Magna baliste, Arbalette, Jarkh, etc.
Según Rubén Sáez Abad, doctor en Historia y experto en armas antiguas, las grandes ballestas a torno tuvieron un papel determinante a lo largo de los siglos XII, XIII y XIV, debido a su gran versatilidad en los campos de batalla donde fueron usadas. Es muy posible que el origen de estas armas estuviera en la antigua China y, más tarde, hacia el siglo XI, reaparecerían en el mundo bizantino e islámico. En Europa occidental, los indicios arqueológicos hallados evidencian que su uso nunca fue abandonado, al menos, hasta el siglo XV.
En España y Portugal a estas armas se las conocía perfectamente y, de hecho, existen muchas referencias documentales, como por ejemplo con rey castellano Fernando III, quien las usó en el asedio a la ciudad de Sevilla. Igualmente, los aragoneses las usaron para reducir las defensas musulmanas desde las murallas de la ciudadela de Palma de Mallorca. Incluso, han aparecido en antiguos inventarios medievales referencias de estas armas, como por ejemplo los de la entrega que se hizo de la fortaleza de Tudela por un noble llamado D. Hugo, teniente de Senescal. Entre las armas allí depositadas estaba una gran ballesta a torno. Otra referencia la tenemos en el castillo de Estella (Navarra, año 1348) entre cuyos efectos se encontraban dos grandes ballestas a torno. En Italia, también son abundantes las referencias documentales existentes sobre este tipo de armas a lo largo del medievo. Durante el Renacimiento, muchas grandes ballestas defendían las ciudadelas de los estados italianos.
En lo tocante al mundo islámico, a las ballestas de torno sus ingenieros las denominaban Jarkh, y realmente solían tener pocas diferencias técnicas con las castellanas. Existe una referencia histórica en la que se cuenta que el califa Mumahlid Abu Yaqub fue asesinado por un Qows al Lawlop durante el ataque a la ciudad portuguesa de Santarén. Parece ser que era una forma pesada de Ballesta que podía disparar un proyectil o saeta de un peso de hasta 2,5 kilogramos.
Como podemos apreciar en la imagen, la gran ballesta a torno consistió, básicamente, en un arco de un metro y medio aproximado de material variado (madera, madera-hueso o hierro) situado en el cabezal de un largo cuerpo y, al final del mismo, iba el sistema de torno a mano, a través del cual, un par de ganchos, en paralelo, tiraban de la cuerda hasta tensarla cerca del disparador o nuez y, una vez recogida, estaba dispuesta para ser disparada la saeta o flecha, logrando distancias de casi 300 metros o más con cierta efectividad.
Aunque algunas de estas ballestas eran verdaderamente pesadas, su manejo era bastante fácil, dado que se instalaban sobre un soporte llamado scagno. Estos artilugios bélicos se solían colocar en las torres o encima de las puertas de las ciudades desde donde podían lanzar sus grandes dardos o flechas.
Con la aparición de la pólvora, las ballestas, como otras tantas armas de la época, fueron dejando paso a otras más efectivas y demoledoras.


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