Los mangonels de tracción tuvieron un importante papel en las luchas fraticidas de la China milenaria, sobre todo a lo largo de las dinastías Song y Yin, convertiéndose en la columna vertebral de la artillería de ambas facciones. Dichas máquinas ya se encuentran mencionadas entre las 114 que fueron instaladas detrás de las murallas de la ciudad de Xiang yang, en el año 1206, para contener a las oleadas de atacantes yin.
Según los antiguos escritos chinos de las dinastías Qin y Han, los mangonels de tracción fueron máquinas comúnmente usadas tanto para el ataque como para la defensa. Precisamente, la derrota de la dinastía china Sui por otra llamada Tong, en el año 617 a. de C., se debió a la intervención de 300 de estos ingenios en el asedio de la ciudad. Igualmente, estas armas fueron usadas en la invasión de Corea en el año 666 d. de C., así como en el asedio de su capital, Pyong-yen.
El mangonel de tracción, fue una catapulta de palanca cuya fuerza era ejercida por un grupo de hombres que, mediante el tiro efectuado a través de cuerdas, lograban arrojar el proyectil a gran distancia. La palanca se situaba sobre un pivote rotativo, en la parte superior de un único poste, el cual, permitía apuntar rápidamente y con gran precisión. Para obtener una mayor maniobrabilidad, en su plataforma se colocaron cuatro fuertes ruedas, y para mejorar su rendimiento y efectividad, los chinos las situaban tras las murallas, y no encima. Un soldado, desde lo alto de las mismas, dirigía el tiro de los artilleros. Como munición, los textos chinos indican que estos ingenios podían arrojar proyectiles muy diferentes, como por ejemplo: bolas explosivas, incendiarias o incluso de humo.
En Occidente, estas máquinas, en sus diversas versiones, fueron también muy usadas, y se las conoció por el nombre francés de Perriére.
Según los antiguos escritos chinos de las dinastías Qin y Han, los mangonels de tracción fueron máquinas comúnmente usadas tanto para el ataque como para la defensa. Precisamente, la derrota de la dinastía china Sui por otra llamada Tong, en el año 617 a. de C., se debió a la intervención de 300 de estos ingenios en el asedio de la ciudad. Igualmente, estas armas fueron usadas en la invasión de Corea en el año 666 d. de C., así como en el asedio de su capital, Pyong-yen.
El mangonel de tracción, fue una catapulta de palanca cuya fuerza era ejercida por un grupo de hombres que, mediante el tiro efectuado a través de cuerdas, lograban arrojar el proyectil a gran distancia. La palanca se situaba sobre un pivote rotativo, en la parte superior de un único poste, el cual, permitía apuntar rápidamente y con gran precisión. Para obtener una mayor maniobrabilidad, en su plataforma se colocaron cuatro fuertes ruedas, y para mejorar su rendimiento y efectividad, los chinos las situaban tras las murallas, y no encima. Un soldado, desde lo alto de las mismas, dirigía el tiro de los artilleros. Como munición, los textos chinos indican que estos ingenios podían arrojar proyectiles muy diferentes, como por ejemplo: bolas explosivas, incendiarias o incluso de humo.
En Occidente, estas máquinas, en sus diversas versiones, fueron también muy usadas, y se las conoció por el nombre francés de Perriére.
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