Presento a continuación otra de las invenciones de la armamentística china, se trata del Pao Sijiao, también conocido como catapulta de cuatro patas, versión contrapeso, ya que su antecesora era de tracción, quizás la mayor, por su tamaño y peso, de todo el arsenal milenario de la China hasta la introducción del Pao Huihui por los mongoles en 1273 a. de J.C, dinastía Tang. Su altura sobrepasaba la de varios hombres y sus cuatro robustas patas soportaban un eje donde iba insertado el largo mástil. En el extremo más corto del mismo, los ingenieros chinos situaron una carga o contrapeso a modo de cajón lleno de piedras. Para ello, tuvieron que sortear muchas dificultades debido al desgaste producido por la oscilación de la cubeta o cajón usada como contrapeso. Finalmente, en el extremo más largo, colocaron la honda en la que se alojaba el proyectil.
La invención de la catapulta de contrapeso supuso un avance tecnológico de gran trascendencia para el mundo de la guerra, ya que los proyectiles cubrían una mayor distancia y con ello más contundencia en el golpe asestado a los muros de las ciudades en los asedios. Sobre este aspecto, cabe destacar la guerras civiles de la rebelión de An-Lushan (750 a. J.C.), la cual, provocó la desaparición de la dinastía Tang.
Asimismo, en las Actas de Jin, se encontraron registradas diversas noticias trágicas de la guerra chino-mongol, en la que estos últimos atacaron el Palacio de la ciudad de Jinshi con un centenar de catapultas de contrapeso, de manera que los muros de la ciudad fortificada cayeron piedra sobre piedra. Ello nos da a entender la gran potencia devastadora que suponía para cualquier ejercito el poseer dicha maquinaria de guerra.
Como casi prácticamente todas las máquinas de este tipo, los chinos las fueron abandonando poco a poco y reemplazándolas por las armas de pólvora de la que llegaron a ser expertos.
La invención de la catapulta de contrapeso supuso un avance tecnológico de gran trascendencia para el mundo de la guerra, ya que los proyectiles cubrían una mayor distancia y con ello más contundencia en el golpe asestado a los muros de las ciudades en los asedios. Sobre este aspecto, cabe destacar la guerras civiles de la rebelión de An-Lushan (750 a. J.C.), la cual, provocó la desaparición de la dinastía Tang.
Asimismo, en las Actas de Jin, se encontraron registradas diversas noticias trágicas de la guerra chino-mongol, en la que estos últimos atacaron el Palacio de la ciudad de Jinshi con un centenar de catapultas de contrapeso, de manera que los muros de la ciudad fortificada cayeron piedra sobre piedra. Ello nos da a entender la gran potencia devastadora que suponía para cualquier ejercito el poseer dicha maquinaria de guerra.
Como casi prácticamente todas las máquinas de este tipo, los chinos las fueron abandonando poco a poco y reemplazándolas por las armas de pólvora de la que llegaron a ser expertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario