Colección de maquetas construídas por Antonio Lara Villodres

Fuerte de San Lorenzo

El fuerte de San Lorenzo fue mandado construir por el rey Carlos II en 1697 e inaugurado en 1701. Se ideó como respuesta a las continuas invasiones de piratas que asolaban las costas de Málaga y su Puerto. Esta situación se agravó a raíz de la pérdida de la plaza de Gibraltar.en 1704 por ataque conjunto de los ingleses y austriacos, los cuales, en sus navíos de guerra surcaban estas aguas causando gran quebranto a la población malacitana.


Para dar fin a este problema, el Rey encomendó la tarea de reforzar las defensas de la ciudad y su Puerto al prestigioso ingeniero italiano Hércules Torelli. Éste, desde su llegada, esbozó y planeó diversos proyectos de rehabilitación y construcción de las murallas y defensas, incluso lo presupuestó en unos cien mil escudos y la duración de los trabajos en dos años. Pero, desgraciadamente y tras muchas dilaciones de la administración central, todo quedó sólo en la construcción del hobernaque[1] de San Lorenzo, debido a la maltrecha y precaria economía de la Hacienda real.


 Este fuerte de San Lorenzo se realizó adaptándolo al relieve peculiar de la zona, contando con una gran superficie. Su forma era la de un polígono irregular. Su cara sur, que daba al mar, tenía su parapeto sencillo sin escarpa a barbeta y defendidos por una escollera. En cuanto a los laterales de recinto, el que quedaba al este se abría al campo y, bajo los muros del situado al oeste, corría el impetuoso río Guadalmedina. Por la cara norte del fortín, quedaba el acceso al recinto militar con portón y garitas de vigilancia en los extremos del mismo.


En el interior del fuerte se encontraban almacenes para guardar los pertrechos y herramientas propias de su función, situados en línea a un lado y a otro del mismo, tras el terraplén donde se situaba la artillería. Dada la gran superficie que tenía que defender, se diseñó para 30 cañones de diferentes calibres, aunque la verdad fue que sólo llegaron a estar útiles y en sus correspondientes cureñas unas 14 piezas.


Su pobre construcción, la influencia del mar sobre él así como las periódicas inundaciones del río Guadalmedina, con los años, fue deteriorando sus muros de tal manera que aconsejó su rehabilitación, sobre todo, sus parapetos laterales. El ingeniero flamenco Thurús, director de las obras de fortificación del Puerto de Málaga en 1717, sugirió el alzado de los muros, dada la posibilidad que existía de ser invadido por su gola. Pero debido al alto costo que suponía esta empresa para las arcas reales, se dejó en suspenso. A finales del siglo XVIII el recinto militar de San Lorenzo dejó de ser útil para la misión para la que fue construido y se recomendó su demolición. Aunque ésta no fue hasta el año 1803, en el cual, el ministro Manuel Godoy permitió su derribo y sus materiales fueron vendidos. Los terrenos que ocupaba el fuerte quedaron parcelados y subastados. Manuel Agustín Heredia y Martínez, magnate riojano asentado en Málaga, llego a comprar parte de ellos donde construyó una gran mansión. 

MAQUETA: Basada en la proyectada por el ingeniero militar Juan Manuel de Porres en 1758 a escala: 1: 440- Archivo General de Simancas. Marina y Guerra.

[1] Fortificación compuesta de dos medios baluartes unidos por su cortina o muralla, y del saliente de aquella parten dos líneas rectas de varias dimensiones.

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