Colección de maquetas construídas por Antonio Lara Villodres

Imprenta

Curiosamente, aunque la invención de la tipografía o impresión de caracteres móviles supusiera una gran evolución en el mundo de la cultura escrita, el libro impreso inició su camino volviendo la vista atrás, utilizando como punto de partida los métodos productivos y los parámetros estéticos del códice manuscrito. Así, los primeros libros salidos de las imprentas en la segunda mitad del siglo XV, los conocidos como incunables, temerosos aún de alejarse de los patrones que habían sido utilizados durante siglos en el mundo del libro, utilizaron el mismo tipo de iluminación, tratando de imitar a sus antecesores. A medida que las técnicas fueron madurando, y que el libro impreso encontró su propia forma de expresión, las características formales cambiaron, desarrollaron un nuevo código estético. Se inicia en este momento, durante el siglo XVI, un camino de influencias inverso, siendo en este periodo los agonizantes manuscritos los que tomaron a los libros impresos como patrón a seguir[1].


[1] FERNÁNDEZ, LAURA, Llegada de la imprenta a España, Historia de Iberia Vieja, nº 8, Madrid, 2005.

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